Clasificación y calificación del suelo en materia urbanística

La calificación del suelo es un aspecto fundamental que tienes que tener en cuenta si estás decidido/a a comprar un terreno para construir. La calificación del suelo determina el uso permitido y las condiciones de edificación en ese terreno, de acuerdo con la normativa y los planes urbanísticos vigentes.

Elegir y decidirse por un terreno no es sencillo, pero sí que es importante verificar la calificación del suelo para asegurarse de que cumpla con las necesidades y objetivos de construcción que vas a llevar a cabo. Los terrenos en España pueden tener diferentes calificaciones: suelo urbano, suelo urbanizable, suelo no urbanizable o suelo rústico. Además, debes saber que cada una de estas categorías tiene sus propias regulaciones y restricciones.

¿Quiero comprar un terreno para construir, qué tipo de suelo es mejor?

Si vas a comprar un terreno para posteriormente construir, has de saber que el suelo urbano suele ser la opción más deseable para la construcción, ya que cuenta con infraestructuras y servicios básicos, además de permitir la edificación de viviendas y edificios comerciales. Por otro lado, el suelo urbanizable puede ser una opción interesante si se busca una inversión a largo plazo, ya que tiene potencial para ser transformado en suelo urbano en el futuro.

Es importante investigar y entender las regulaciones y restricciones asociadas con la calificación del suelo antes de realizar una compra. Esto implica revisar los planes urbanísticos locales y consultar con las autoridades competentes para obtener información precisa sobre los usos permitidos, las normas de construcción y cualquier otra consideración relevante.

 

La diferencia entre calificación y clasificación del suelo

La diferencia entre calificación y clasificación del suelo tiene origen en el enfoque y el propósito de cada uno de estos términos:

  • Calificación del suelo La calificación del suelo se refiere a la designación legal o administrativa que se le asigna a una determinada parcela de terreno en función de su uso permitido y las condiciones de edificación. La calificación del suelo se establece en base a la normativa y los planes urbanísticos vigentes en cada país o región. En el contexto de la planificación urbana, la calificación del suelo determina si un terreno es considerado como suelo urbano, urbanizable, no urbanizable o rústico, y establece los usos permitidos y las restricciones para la construcción.
  • Clasificación del suelo: La clasificación del suelo se refiere a la caracterización física y química de un terreno en función de sus propiedades y características naturales. Esta clasificación se basa en aspectos como la textura del suelo (arenoso, arcilloso, limoso), la composición mineralógica, la capacidad de retención de agua, la permeabilidad, la fertilidad, entre otros parámetros. La clasificación del suelo se utiliza principalmente en campos como la agronomía, la geología y la ingeniería civil para comprender las propiedades del suelo y su idoneidad para diferentes usos, como la agricultura, la construcción de infraestructuras, la gestión ambiental, etc.

Calificación del suelo en materia urbanística

En España, la calificación del suelo en materia urbanística se rige por la Ley del Suelo (Ley 8/2007) y los planes urbanísticos municipales, autonómicos y estatales. La calificación del suelo se basa en la clasificación del suelo en diferentes categorías, que determinan los usos permitidos y las condiciones de edificación. A continuación, se presentan las principales categorías de calificación del suelo en España:

  • Clasificación de Suelo urbano: Es aquel que cuenta con la correspondiente urbanización y servicios básicos, como calles, aceras, redes de agua y alcantarillado. Está destinado principalmente para la construcción de viviendas y edificaciones comerciales o industriales. Dentro del suelo urbano, puede haber diferentes subcategorías según el grado de consolidación o desarrollo de la urbanización.
  • Clasificación de Suelo urbanizable: Es aquel que se encuentra incluido en un plan urbanístico para su futura urbanización. Está previsto para ser transformado en suelo urbano a través de un proceso de urbanización y dotación de servicios. El suelo urbanizable se divide en diferentes sectores, zonas o unidades de actuación, cada una con condiciones y plazos establecidos en el plan urbanístico correspondiente.
  • Clasificación de Suelo no urbanizable: Es aquel que no cuenta con la correspondiente urbanización ni está previsto su desarrollo como suelo urbano o urbanizable en los planes urbanísticos. Este suelo está destinado principalmente a usos agrícolas, forestales, protección ambiental u otros usos no urbanos. Se establecen restricciones y limitaciones para la construcción en suelo no urbanizable, con el objetivo de preservar el medio ambiente y los recursos naturales.
  • Clasificación de Suelo rústico: Se refiere a aquellos terrenos que no tienen una calificación específica como suelo urbano, urbanizable o no urbanizable. El suelo rústico abarca generalmente áreas agrícolas, ganaderas, forestales o de protección natural. Puede haber diferentes categorías dentro del suelo rústico, dependiendo de la normativa urbanística de cada comunidad autónoma.

 

calificación de terreno o suelo rústico

Clasificación del suelo antes de construir

Si estás dispuesto a construir, antes es importante realizar una clasificación del suelo para evaluar sus características  y determinar su idoneidad para el proyecto de construcción que vas a llevar a cabo. La clasificación del suelo implica analizar varios aspectos físicos y geotécnicos. A continuación presentamos algunos factores clave a considerar durante la clasificación del suelo:

  • Composición: La composición del suelo se refiere a los diferentes materiales presentes, como arena, arcilla, limo, rocas u otros elementos. Esta información ayuda a comprender las propiedades del suelo, como la capacidad de carga, la expansión o contracción y la resistencia a la compresión.
  • Textura: La textura del suelo se refiere a las proporciones relativas de partículas de diferentes tamaños, como arena, limo y arcilla. Esta característica afecta la capacidad de drenaje, la retención de agua y la compactibilidad del suelo.
  • Capacidad de carga: La capacidad de carga del suelo es su capacidad para soportar el peso de una estructura sin sufrir deformaciones excesivas. Es importante evaluar la capacidad de carga del suelo mediante pruebas geotécnicas para determinar si es adecuado para soportar la carga prevista por el proyecto de construcción.
  • Permeabilidad: La permeabilidad del suelo se refiere a su capacidad para permitir el flujo de agua a través de él. Esto es relevante para evaluar la necesidad de drenaje adecuado y evitar problemas de humedad o inundaciones en la construcción.
  • Estabilidad: La estabilidad del suelo es un factor crucial para garantizar la seguridad de la estructura. Se deben tener en cuenta aspectos como la presencia de deslizamientos, la erosión o la existencia de condiciones geológicas especiales, como la presencia de fallas o cuevas.

La clasificación del suelo se realiza mediante estudios geotécnicos y ensayos específicos, que son llevados a cabo por profesionales especializados en ingeniería geotécnica. Estos estudios proporcionan información detallada sobre las características del suelo y ayudan a determinar las medidas de diseño y construcción adecuadas para garantizar la estabilidad y seguridad de la edificación.

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